Recomendaciones de mantenimiento y cuidado
¿Qué es bueno para los turbocompresores?
El turbocompresor está diseñado de tal modo que suele durar lo mismo que el motor. No precisa de mantenimiento especial; limitándose sus inspecciones a unas comprobaciones periódicas.
Para garantizar que la vida útil del turbocompresor se corresponda con la del motor, deben cumplirse de forma estricta las siguientes instrucciones de mantenimiento del motor que proporciona el fabricante:
Intervalos de cambio de aceite
Mantenimiento del sistema de filtro de aceite
Control de la presión de aceite
Mantenimiento del sistema de filtro de aire
¿Qué es malo para los turbocompresores?
El 90% de todos los fallos que se producen en turbocompresores se debe a las siguientes causas:
Penetración de cuerpos extraños en la turbina o en el compresor
Suciedad en el aceite
Suministro de aceite poco adecuado (presión de aceite/sistema de filtro)
Altas temperaturas de gases de escape (sistema de arranque/sistema de inyección).
Estos fallos se pueden evitar con un mantenimiento frecuente. Cuando, por ejemplo, se efectúe el mantenimiento del sistema de filtro de aire se debe tener cuidado de que no se introduzcan fragmentos de material en el turbocompresor.
Diagnóstico de fallos
Si el motor no funciona de forma correcta, no se debe dar por asumido que el fallo viene provocado por el turbocompresor. Suele suceder que se sustituyen turbocompresores que funcionan perfectamente pese a que el fallo no se encuentra en éstos, sino en el motor.
Solamente tras verificar todos estos puntos se debe verificar la presencia de fallos en el turbocompresor. Como los componentes del turbocompresor se fabrican en máquinas de alta precisión con mínimas tolerancias y las ruedas giran a una velocidad de hasta 300.000 rpm, los turbocompresores sólo deben ser inspeccionados por especialistas que dispongan de cualificaci ón.