Amigos del club: Hace dos días volvimos de un viaje por el NOA que a lo largo de más de 4600 km nos llevó a recorrer nueve provincias argentinas e incluso pasar brevemente a Bolivia. Empezamos nuestro periplo recorriendo la ruta nueve hasta Córdoba donde recorrimos varias serranías de la zona del valle de Punilla con algunos caminos de cornisa que hicieron nuestras delicias. Hasta ahí todo bien. Luego partimos hacia La Rioja y Catamarca donde en la cuesta del Portezuelo, como en la serranía cordobesa no se alcanzan más de 1500-1800 mts de altura. Por Tucumán y Salta todo bien también, pero la cosa se complicó cuando encaramos la quebrada de Humahuaca, en Jujuy. Ya en Purmamarca la altura supera los 2000 mts y empecé a notar una falta de rendimiento en el motor de mi Musso, que atribuí a lo brutal de algunas subidas. Al día siguiente, en la subida al Pucará de Tilcara(antigua fortaleza indígena precolombina) empecé a sentir como si tuviera un globo en la cabeza,y un dolor de cabeza que se mitigaría con remedios, pero que no me abandonaría hasta que descendiéramos,cinco días después...pero yo no era el único afectado por el mal de altura. La camioneta había perdido drásticamente una importante parte de su potencia. Para cuando llegamos a Humahuaca(3630 msnm), ña situación era dramática. Calculo que sólo tendría tal vez el 40 % de su potencia habitual. Subidas que en condiciones normales apenas consideraría ahora demandaban el uso de la reductora. Al arrancarla a la mañana regulaba con unas traqueteantes 400 rpm y al acelerarla a fondo y mantenerla ahí lo único que lograba era que el tacómetro subiera hasta una agónicas 750 rpm que apenas me permitían mover la camioneta, eso hasta que calentaba algo el motor, momento en que gozaba del referido 40 % de la potencia. Llegué a pensar que estaba por sufrir una avería grave, ya que nunca había tenido un vehículo que sufriera tanto la altura... Así las cosas nos arrastramos hasta La Quiaca (4000 msnm). A partir de allí y mientras bajábamos de la Quebrada empecé a sentir con alivio como la Musso recuperaba todo su brío original y para cuando llegamos a San Salvador de Jujuy sepodía decir que tenía toda o casi toda su potencia.
Yo pregunto: es normal que pierda tanta potencia la Musso en la altura? A alguno de los del club le ocurrió algo semejante? Hay alguna manera de evitar o al menos paliar este desagradable efecto?
Dejo estos interrogantes picando para que alguno de los que conocen más que yo a la Musso (que la tengo desde octubre) si tiene ganas, me conteste ya que nunca tuve un vehículo que sufriera tanto la altura.
Aparte de esto, no tuve ningún otro inconveniente por lo que puedo recomendar, ahora sí, a la Musso como UN FIERRO DE AQUELLOS!!!