Asunto: Conducción - Educación Vial
Ya que estamos en época de vacaciones y muchos de nosotros vamos a conducir en rutas o lugares que no los recorremos asiduamente, me pareció bueno leer estos artículos sobre conductores jóvenes y conducción en tránsito.



Juventud: divino tesoro que peligra al volante

"Los pibes al volante son un peligro" "El problema de accidentes es el sábado a la noche, cuando los adolescentes salen tomados de los boliches" "Hace falta hacer educación vial porque los jóvenes no saben nada y manejan mal..."
Es bastante común escuchar este tipo de comentarios en boca de los adultos. Pero... ¿es cierto? Muchos jóvenes sienten que son argumentos de los viejos que resisten confiar en ellos y ponen excusas para no compartir el auto. Algunos adultos, los menos, también creen que se exagera con la cuestión. ¿Cuál es la verdad?
Tengamos en cuenta que, la obtención de la licencia de conducir se ha constituido, en el imaginario de nuestra tecnificada sociedad de clase media en adelante, en una especie de rito de pasaje a la adultez. Por ello, es una situación intensamente esperada y deseada por la mayoría de los jóvenes.Y una preocupación para los padres.
A partir de la Nueva Ley Nacional de Tránsito Nº 24449, los padres, respresentantes legales, de menores de 21 años deben autorizar a sus hijos para solicitar la licencia de conducir.
Las cifras hablan
Las estadísticas internacionales y las cifras (parciales) de la Argentina confirman la gravedad de la situación de los jóvenes en el tránsito, al punto de ser mundialmente considerados conductores de riesgo.
Existen numerosas investigaciones de diferentes orígenes sobre el tema. Pero una de las más interesantes proviene de los Estados Unidos, país con graves problemas, ya que posee diferentes edades mínimas para el otorgamiento de licencias de conducir,que oscilan entre 15 y 21 años, según los Estados (Ej. Missisipi, 15, Colorado, 21).
En el estudio ,llevado a cabo por el "Instituto del Seguro para la Seguridad en el tránsito" en el año 1994, pudieron comprobar que los estados que otorgan las licencias a más temprana edad tienen mayores índices accidentológicos que los demás.
Las cifras permiten concluir que los conductores de entre 15 y 25 años son los que participan en mayor cantidad de accidentes de tránsito, siendo responsables o causantes principales de los mismos en una proporción mucho mayor que los adultos. (Ver gráficos). Además:

- cometen más errores que los mayores al conducir,

- sufren más accidentes univehiculares (Por ej. al perder el control de la dirección, se salen del camino y vuelcan o chocan contra objetos fijos),

- conducen a excesiva velocidad en mayor proporción que los mayores,

- conducen alcoholizados, con frecuencia, al momento de producirse los accidentes.

- no usan cinturones de seguridad, en mayor proporción que los adultos.

Las causas aquí y allá
"La excesiva participación de usuarios jóvenes y de sexo masculino en accidentes es uno de los fenómenos más frecuentemente observados en el tránsito en todo el mundo. Es tan reiterado que parece una ley de la naturaleza. Su magnitud sugiere que (el fenómeno) debe involucrar mucho más que falta de experiencia" . Así dice el investigador y compilador estadístico norteamericano Leonard Evans en su libro "Traffic Safety and the driver" .
Efectivamente, En el análisis de las causas posibles, los especialistas coinciden en la importancia del momento evolutivo que viven los jóvenes menores de 25 años.Se dice que el cóctel fatal lo constituyen la combinación de "inmadurez" e "inexperiencia".
Es correcto pensar que la falta de experiencia es un factor relevante en la producción de accidentes. De hecho, los cuatro primeros años de conducción son, estadísticamente hablando, la etapa de mayor riesgo de accidente para un nuevo conductor, de cualquier edad. Sin embargo, al analizarse las cifras, resulta que los conductores nóveles menores de 25 años, se accidentan más que los mayores. La edad hace la diferencia.
Físicamente están perfectos, pero psicológicamente...
No es una cuestión de habilidades. Ellos se encuentran en un momento óptimo de su desarrollo físico. Sus capacidades mentales y físicas se desarrollaron plenamente. Sus respuestas perceptivas y motrices, reflejas y voluntarias, son óptimas.Sus aptitudes para aprender a maniobrar el vehículo son las mejores.Sin embargo, se accidentan más que los mayores.
Porque conducir un vehículo es una actividad compleja que compromete a la persona en su totalidad, física y psíquica. Y en ésto último radica el problema.Las aptitudes, teóricamente pueden ser las mejores, pero las actitudes que determinan los comportamientos al conducir no siempre son las adecuadas. Inclusive, estudios americanos compararon los índices siniestrales de los jóvenes que recibieron programas de entrenamiento para aprender a conducir en escuelas secundarias con los que no tuvieron esa formación. Los primeros se accidentaron en igual o en mayor proporción que aquellos que no participaron de estos programas (el incremento se debió a que estos cursos motivaron a los jóvenes a conducir a más temprana edad ).
Inestabilidad emocional. Los adolescentes se hallan en un momento de cambios profundos que generan ,en ellos, inestabilidad emocional.
El descubrimiento cotidiano de sus cambios físicos y psíquicos, de sus potencialidades y nuevas sensaciones los sorprenden y apabullan. Por momentos, sienten que todo está bien y se creen omnipotentes.Están exultantes. En otros momentos se sienten frágiles e inseguros.Se deprimen. En un instante lo tienen todo claro.Y al siguiente, no saben dónde estan parados.
Rebeldía.Se mueven en el mundo en la búsqueda y afirmación de su propia identidad adulta, diferente de la de sus mayores. Esto los lleva, muchas veces, a confrontar con ellos y a actuar por oposición. Es la conocida "rebeldía adolescente" que, por añadidura, los incita a cuestionar y/o resistir las normas o pautas instituidas y, en algunos casos, a la autoridad.
Influenciabilidad.La identificación con el grupo de pares es fuerte y, para muchos, determinante en el actuar.Pertenecer al grupo les confiere una transitoria identidad. La palabra del par es más fuerte que el "deber ser".
Omnipotencia. No quieren escuchar hablar de riesgos, de precauciones, de límites, de peligro de muerte. Porque esa realidad limitada es sentida como recorte a la propia libertad y omnipotencia.Ellos sienten que pueden con todo, sobreestiman sus capacidades y posibilidades. Usar el cinturón de seguridad, controlar la velocidad o no beber alcohol es sentido como límitaciones a su ser. Los riesgos y la posibilidad de morir son negados.La muerte está muy lejos. Creen que tienen toda una larga vida por delante.
Todos estos factores antes mencionados: inestabilidad emocional, rebeldía, influenciabilidad y omnipotencia, atentan contra la conducción segura.Las actitudes de los jóvenes al volante son, muchas veces, opuestas a la seguridad vial. Cometen errores al conducir, conducen a alta velocidad, se distraen con facilidad (especialmente cuando conducen acompañados por sus pares), se colocan en situaciones límite, conducen alcoholizados, olvidan las prioridades de paso, etc.Y precipitan así, los hechos trágicos que llenan las crónicas policiales y las estadísticas.
En la Argentina se suma la falta de educación vial
Luchemos por la Vida, en su tarea de investigación asociada a la actividad docente en educación vial realizada con más de 700 jóvenes estudiantes secundarios de entre 15 y 18 años,de Capital Federal y provincia de Bs. As., pudo comprobar que la falta de educación en el tema, durante la primaria y secundaria, ha dado como fruto la incorporación al sistema del tránsito como conductores ( de bicicletas, motos o automóviles), de jóvenes que:
-Tienen un superficial conocimiento del sistema del tránsito y la causalidad de los accidentes de tránsito.
-Desconocen cuestiones básicas de la conducción, tales como prioridades de paso, zonas de circulación, relaciones velocidad-tiempos de frenado, etc.
-Reconocen superficialmente las conductas de riesgo asociadas a la conducción( bajo influencia de alcohol, cansancio, exceso de velocidad,etc.) con graves errores conceptuales.
Programas diversos con resultados variables
La situación reviste la suficiente gravedad como para que la tarea de concientizar, educar y proteger a los adolescentes al volante sea prioritaria en los trabajos de investigación, legislación y programación de tareas en el campo de la seguridad vial en los países más avanzados en el tema.
En ellos, se han elaborado y puesto en práctica diversos programas de educación vial para la población de enseñanza media con escasos resultados positivos. También en el campo de la legislación se han intentado diferentes clases de modificaciones a la ley, para la protección de los jóvenes y la comunidad toda. De la experiencia ajena y la propia, rescatamos algunas propuestas que han dado buenos resultados en otros países y serían aplicables en nuestra nación que a nivel institucional sería prioritario :
En educación vial:
-Educación vial en los niveles pre-escolar, elemental y medio, focalizada en la comprensión del funcionamiento del sistema del tránsito y la prevención de accidentes, por medio de actividades participativas, que tengan a los estudiantes como protagonistas del proceso de aprendizaje, con inclusión en la currícula de los contenidos mínimos que los docentes incluirán en sentido transversal.
-Específicamente para el abordaje adolescente, desarrollos de programas de concientización para desarrollar en medios educativos y asociaciones intermedias, de carácter grupal, organizados y coordinados conjuntamente por jóvenes y organismos especializados.
-Tareas de concientización para padres con respecto a la seguridad vial para niños y adolescentes. (Como ejemplo de esta tarea ver Guía para padres)
-Modificar las condiciones para el otorgamiento de licencias de conducir, brindando cursos de educación vial para futuros conductores y reprogramando los exámenes de conducir, teóricos y prácticos, centrando las evaluaciones en los parámetros de un conductor seguro.
En el campo legislativo:
- Establecer 0 nivel de alcoholemia para conductores menores de 25 años.
- Obligar a la presentación de un garante, responsable ante la ley por los daños y perjuicios que pueda ocasionar el examinado (padre o representante legal, o escuela de conducir) al momento de rendir su exámen de conducir (ya que el mismo se desarrollará en la vía publica).
Algunas propuestas de las diversas posibles por la vida de todos en la vía pública, en especial de nuestra esperanza los jóvenes.
Lic. María Cristina Isoba
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Conducción en el Tránsito

La conducción en el tránsito está plagada de situaciones previsibles que demandan tomas de decisiones, tales como parar ante la luz roja, cambiar de carril o frenar. Pero además, ocurren incidentes o problemas no previstos. Algunos de estos hechos pueden ser vividos como peligrosos o amenazantes como, por ejemplo, un conductor que aparece circulando de contramano u otro que se pega detrás del auto, mientras otros son meramente molestos, tales como pasarse en la salida de una autopista o quedar varado en un embotellamiento. Muchas de estas situaciones pueden desencadenar secuencias de sentimientos y pensamientos irracionales. Conducir puede resultar así, una actividad dramática para los millones de personas que la llevan a cabo rutinariamente. Por otra parte, para mucha gente el valor de la conducción está ligada a la libertad para moverse, y sin embargo, se encuentran todo el tiempo con restricciones para conducir como desean debido a las regulaciones y la congestión e interdependencia que se genera entre los usuarios de la vía pública en el tránsito. Algunos de las características del acto de conducir pueden resultar limitantes y estresantes hasta el punto de transformarse en situaciones de hostilidad y agresividad en calles y rutas. El profesor Leon James, psicólogo investigador de la Universidad de Hawaii, ha reconocido hasta 15 características de la conducción que pueden ser causantes de tensión y estrés. Destacamos aquí algunas de ellas:
Por qué conducir es estresante
1) Inmovilidad física: la mayor parte del organismo permanece quieto durante la conducción. La tensión tiende a acumularse cuando el cuerpo está restringido en los movimientos.
2) Límites por el flujo de tránsito: los vehículos deben moverse a lo largo de zonas angostas en interdependencia de los unos con los otros. El sistema del tránsito sigue las reglas que gobiernan los patrones de flujo como el de, por ejemplo, los ríos o los vasos sanguíneos. En las congestiones de tránsito las posibilidades de avanzar de uno están inevitablemente ligadas o en riesgo de ser bloqueadas por otros autos. Cuando uno se ve impedido de avanzar como desea, crece la ansiedad y el deseo de escapar de estos límites. Esta ansiedad promueve en los conductores la realización de maniobras riesgosas o agresivas, además de provocar tensión y enojo que se descarga sobre los demás.
3) Normativas limitantes: conducir es una actividad regulada por normas de tránsito que les dicen a los conductores cuán rápido pueden conducir en cada lugar y por dónde deben ir. Los vehículos tienen motores potentes capaces de ir más rápido de lo que está permitido. Estas imposiciones, necesarias para garantizar la seguridad vial, provocan sentimientos de rebeldía en mucha gente, los cuales los impulsan a desatender y transgredir las normas.
4) Territorialidad y posesión: la representación simbólica del auto está ligada a la autoestima y la libertad personal y promueve una actitud mental de territorialidad. Los conductores consideran el espacio dentro del auto y alrededor de él como su territorio. El resultado es que repetidamente se sienten insultados e invadidos mientras conducen colocándose en un estado mental de hostilidad donde el conductor se encuentra listo para responder agresivamente ante cualquier súbita percepción de provocación por parte de otro conductor. Así, un toque o un roce son vividos como verdaderos ataques y provocaciones que pueden desencadenar situaciones de violencia entre los usuarios de la vía pública.
5) Dispersión de la atención: cada día más, lo que debería ser una tarea exclusiva y monopolizadora de la atención se torna más compleja por la realización de tareas simultáneas, tales como conducir y comer o beber, hablar por teléfono, chequear el correo de voz, etc. La realización de varias tareas a la vez aumenta el estrés dividiendo la atención y reduciendo el alerta. Los conductores se sienten más irritados con los otros cuando su atención o alerta se encuentra disminuída debido a actividades que dispersan la atención.
6) Negación de los errores: manejar resulta una compilación de hábitos automatizados por años, lo que significa que muchas acciones están fuera de la conciencia de las personas. Y por ende de la autocrítica. La mayoría de los conductores tienden a exagerar su propia «excelencia» no reconociendo sus propios errores. Los incidentes de tránsito no son neutrales: siempre se considera que alguien tiene la culpa. Hay una tendencia natural a querer atribuir más la culpa a los otros que a uno mismo. Cuando los pasajeros se quejan o bien cuando otros conductores son puestos en peligro por un error propio hay una fuerte tendencia a negar los propios errores y a sentir que las quejas no se justifican. La negación posibilita a los conductores sentirse superiores e indignados ante lo que hacen los otros, lo suficiente como para que deseen castigar y tomar represalias, sumándose a la hostilidad general y aumentando el estrés en el camino.
7) Débil control de impulsos: tradicionalmente, la educación vial fue entendida como la transmisión de información sobre la legislación vigente y el funcionamiento de los vehículos, seguido de unas pocas horas de prácticas de conducción supervisadas detrás del volante o en simulador de conducción. Desarrollar la conciencia de interdependencia en el sistema del tránsito, y un sano juicio y autocontrol emocional no son parte del entrenamiento habitual, a pesar de su importancia. De este modo, los conductores carecen de las necesarias habilidades para juzgar adecuadamente las situaciones problemáticas y para saber tranquilizarse cuando algo los frustra o enoja, o cómo cooperar con el flujo del tránsito y no empeorarlo. Entonces, frente a un problema, y muchas veces estimulados por el anonimato de la conducción, descargan su furia en los otros en forma verbal o por medio de actos hostiles, arguyendo que el otro los provocó con su accionar, que fue su culpa. La teoría del disparador de la bronca sirve para absolver al responsable de parte o toda la responsabilidad por la agresión o violencia. Éste se ve a sí mismo como una víctima. Es común en los agresores del tránsito no mostrar remordimientos por los daños o lesiones provocados.
Resultado del estrés y los hábitos sociales: agresión
Las respuestas a las situaciones estresantes son a menudo agresivas. Pueden ser gestos o insultos verbales pero también, algunas veces, derivan en agresiones físicas. En Estados Unidos, según un estudio local, entre 1990 y 1996 se reportaron más de 10000 incidentes por conducción agresiva con un resultado de 218 personas muertas y 12610 personas heridas. Las estadísticas indican que no existiría un perfil definido de conductor agresivo y si bien un alto porcentaje son hombres jóvenes de hasta 26 años, también se registran gran número de casos de agresores de entre 50 y 75 años.

Perfil MP  
Asunto: Re: Conducción - Educación Vial
Muy buen artículo. Justo mi hijo mayor cumplió 17. Que tema!!! Lo peor es que me afanó el auto (en realidad el de la mamá) días antes de cumplir los 17, lo agarró un operativo municipal -por suerte- y a pesar que le dió 0 contenido de alcohol, no se quizó rajar y tenía el cinturón de seguridad puesto, le (nos) secuestraron el auto, nos cobraron translado del mismo, estacionamiento y una pequeña multa: En total unos $100, aunque me habían dicho que podría pasar los $1000. El tema es que le queda un antecedente por dos años, si es que saca el carnet ahora, luego expira. Por ahora está mosca, por la cag....Veremos luego. Yo lo saqué a los 19, y mis viejos por las dudas me emanciparon....
El problema es la junta: ese día eran tres. Sólo no lo hace! Ah! y ni hablemos del alcohol!!
Repito muy lindo artículo!!

Asunto: Re: Conducción - Educación Vial
Muy bueno el artículo, y esto debería ser un COMPROMISO de todos, ya que nos interese ó no, nos afecta a todos.

Lástima lo de tu hijo Roly, ojalá aprenda, sobre todo a elegir los "amigos", digo los de verdad, los que no le llenarán la cabeza que saque el auto del papá, sino todo lo contrario, amigos que lo hagan tomar conciencia que eso está mal.

Tengo 37 años, jamás me atreví a sacarle sin permiso el auto de mi viejo, y eso que tenía muchos llenándome la cucuza que lo haga, que era lo que correspondía sino me presaba, y que esto y que aquello...

Hoy ser padres de hijos adolescentes, veo un desafío muy grande en todos los aspectos. Creo que es un trabajo diario e inclaudicable.

Por todos los padres de hijos adolescentes de HOY, por los de mañana me adhiero a las medidas de PREVENIR, EDUCAR (educación vial y general), CONCIENTIZAR y adoptar un sentido de RESPONSABILIDAD por parte de TODOS...

:p :p :p

Musssita
Asunto: Re: Conducción - Educación Vial
Me adhiero con un comentario a este tema tengo una adolscente de 16 años cumple los 17 en Julio, esta apuradisima por cumplirlos pensando en sacr la licencia de conducir, ya maneja hace dos años( MUEVE EL AUTO) este año y por razones de salud mia tuve que volver de un lugar porque me sentia mal y la unica opcion era que ella manejara, "Sabado, tarde /noche, por Avenida". Vino barbaro se ubico en un cariil y a una velocidad constante etc., ( y con la Musso, que No Es Un Auto) es por eso que cree que ya se puede largar sola y que se yo, por mi parte no solo es saber conducir, sino que prevenir, a veces por la madrugada voy a llevarla o traerla de algun lugar y los chicos no solo estan alcoholizados sino que aunque no esten manejando cruzan la calle sin mirar, de repente ves una sombrita que cruza tipo fantasma y ya lo tenes encima. No solo no le voy a dar la camioneta, sino que creo que mas alla de la edad los riesgos son demasiados, para nosotros para ellos, no se respetan semaforos, no hay policia, TODOS salen alcoholizados de los bares boliches casas etc. Es una cuestion nuestra " Los padres tratar de parar esto" yo particularmente vivo los fines de semana de pie para tratar de vigilar cuidar y controlar esas cosas en mi hija y de paso cargo unos cuantos que mi hija me pide que los alcanze porque no pueden ni caminar: LO PEOR .... Los padres no lo creen.


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