Vacaciones Febrero 2009
Como generalmente suele suceder que las personas comienzan la lectura de este tipo de crónicas con mucho entusiasmo que luego decae hasta dejar el escrito olvidado en algún lugar, quiero comenzar por agradecer a todos los que me ayudaron a proyectar y realizar este hermoso viaje por el Oeste de nuestro país.
En primer lugar al conjunto del Clubmusso por todo lo que aprendí acerca de estas chatas que cada día andan mejor. En particular a Roberto, Damian y Pablito H por los consejos y asesoramientos varios. A Cristian y Javier por la preparación mecánica (andá nomás, total si se te rompe lo arreglamos a la vuelta!!) a Pablo D y Flacucho por la asistencia ”on time”, a Fernando R por la logística.
Por fuera de nuestro Foro quiero agradecer a Patagonia 4x4 por los relatos de viajes que me sirvieron de guía, a Rodanteros que también me proveyó de experiencia en camping y travesías, a Proyectomapear porque gracias a sus mapas pude salir adelante en la oscuridad de la noche y sin referencias, a mi hijo Ale que me ayudó con la elección del GPS (comprate el más caro papi, no ves que es mejor?) y a todas la personas que encontramos por el camino, caminantes, motoqueros, soldados, gendarmes, guardaparques, pobladores, puesteros quienes nos orientaron y ayudaron en la aventura.
Primer día
Salimos de Castelar el sábado 14 de febrero a las cuatro de mañana rumbo al Oeste por la Ruta 7. Con buen tiempo y la chata cargada a tope, herramientas, equipo de rescate, carpa, colchonetas, bolsas, equipo de cocina, ropa, dos bidones con gasoil, pala, sogas varias, comida y demás elementos para el viaje. Como siempre, a la vuelta se toma conciencia de que aún llevando la mitad de las cosas hubiera sobrado la mitad pero como uno es ingeniero y previsor, llevamos todo lo que pudiera caber en la chata y por las dudas, algo más.
Apenas amanecía cuando llegamos a Junín, primera parada, recarga de gasoil y descarga pertinente de acuerdo al número de mates recibidos.
Por la Ruta 188 seguimos hacia Gral Villegas. La idea era cargar en el ACA
pero las colas eran de más o menos media hora debido a la cantidad de cordobeses y otros norteños con rumbo a la costa ya que de allí parte la Ruta 226 hacia Olavarría, Azul, Tandil, Balcarce y MDQ con opciones a Pinamar y Necochea. Viendo esto decidimos seguir hasta Realicó donde cargamos el gasoil más caro del viaje (2,64/lt) y almorzamos a la sombra de unos arbolitos bastante escasos de follaje pues en esa zona ya comienza a hacerse sentir el desierto.
Continuamos la etapa del día con el cruce del norte de La Pampa y el sur de San Luis y el arribo a Gral. Alvear y San Rafael luego de casi 1.000 Km. de recorrido hacia las cuatro de la tarde alojándonos en el hotel San Martín
Luego de alojarnos, hacía muchísimo calor, nos dedicamos a las piletas climatizadas del hotel y cuando comenzó a bajar el sol, salimos a realizar algunas compras de provisiones para los días subsiguientes en los que atacaríamos la alta montaña. La cena la hicimos de picnic en una hermosa plaza junto con otras familias de la ciudad que buscaban mitigar el calor al aire libre. Nos fuimos a dormir temprano para comenzar el…
Segundo día
Salimos bien temprano de San Rafael por la Ruta 150 buscando la Ruta 40. Los primeros tramos fueron de asfalto pero pronto comenzó el ripio que nos acompañaría inexorablemente los próximos días. Al llegar a la 40 tomamos hacia el norte hasta llegar, luego de vadear el arroyo Papagayo al comienzo de la provincial 98 que con rumbo decidido hacia el Oeste nos llevaría a nuestro destino: la Laguna del Diamante y el volcán Maipo.
El primer tramo hasta su intersección con la ruta provincial 101, que corre casi paralela a la 40 tenía un serrucho tal que llegaba desestabilizar a la chata haciéndola “bailar” y colear casi totalmente en el aire, ya fuera en simple o doble tracción.
Pasada la 101 el camino mejoró notablemente comenzando un ripio de bastante buena calidad ya que las máquinas estaban trabajando (grande las Champion) pero comenzó el ascenso por caminos de largas rectas y curvas amplias hasta la oficina del Guardaparque.
En la Provincia de Mendoza no existen Parques nacionales. Todos los Parques, Reservas y Zonas Protegidas están al cuidado exclusivo de la Provincia. Así el Aconcagua, Laguna del Diamante, Llancanelo y La Payunia son solo ejemplos de lo que se intenta hacer para cuidar y preservar lugares que tienen un equilibrio ecológico muy precario debido a las duras condiciones en que se desenvuelve la vida tanto vegetal como animal. En la Oficina del Guardaparque se entrega a cada vehículo una bolsa para guardar todos los residuos que debe ser devuelta al salir, para asegurar la limpieza y no contaminación de las áreas protegidas.
A partir de allí el camino se puso duro: En San Rafael el altímetro marcaba unos 700 mts sobre el nivel del mar y en este punto unos 1.200. Ahora comienza la cornisa, tres metros de ancho, ripio grueso a piedra y una trepada con curvas muy cerradas de 2.500 mts en no más de veinte Km para llegar a Los Paramillos a 3.700 mts, altura que con descensos de unos trescientos metros e iguales ascenso, con mucha exigencia mecánica y humana, luego de cuatro horas de marcha y siendo las cinco de la tarde llegamos al segundo guardaparque.
A esa hora y a esa altura el frio era intenso, no mas de cinco o seis grados, el viento de larde desde el Oeste a cincuenta o sesenta Km por hora pero el espectáculo de la laguna del Diamante con el volcan Maipo por fondo era tan impresionante que no dimos importancia a otra cosa más que a nuestra vista. Allí nos encontramos con dos Galloper de Mendoza que habían ido a pasar el día y ya estaban volviendo con los cuales intercambiamos experiencias de simple o doble, baja o alta, etc.
La Guardaparque nos ofreció acampar a cinco Km, del otro lado de la laguna, junto al puesto de la Gendarmería. Hacia allí fuimos, nos presentamos en el puesto y recorrimos el “camping”, piedra y arena gruesa, muy escasa vegetación de no más de quince cm de altura, refugio únicamente contra las “morenas” de piedra y algunos pescadores de la zona que por ser domingo estaban pasando el día pero que rapidamente, al caer el sol, levantaron campamento y bajaron la montaña. Buscando un lugar para levantar la carpa, encontramos a dos trekkers porteños que venían de una excursión al Maipo de tres días y se volvían esa misma noche a Buenos Aires para trabajar el lunes. Encontramos un lugar más o menos protegido, armamos la carpa entre las morenas y la chata para protegernos de las inclemencias y nos dispusimos a pasar la noche.
Allí Teresa desplegó sus virtudes culinarias cocinando una sopa de fideos en el calentador a gas, prendimos un fogón con algunos leños que encontramos, restos de otros acampantes. Experiencias: No es mentira, en la altura el agua hierve a menor temperatura, en nuestro caso calculo 60-70 grados. A esa temperatura el agua no está muy caliente, pensar que el agua para el mate a usamos a 80/85 grados, por lo que la sopa estaba apenas tibia por más tiempo que la cocináramos viéndola hervir en la olla.
Completamos con pan, queso y un poco de vino y se vino la noche. Que noche!. Sin nubes, despejado, y sin luna. Tantas estrellas que el cielo era más blanco que negro, muy baja temperatura, los gendarmes vinieron a ofrecernos pasar la noche en el puesto y nos dieron la frecuencia de radio VHF de uso interno por las dudas y un viento constante que hacía difícil mantenerse de pie por mucho tiempo. Nos fuimos a dormir arrullados por el viento y el flamear del sobretecho de la carpa pese a la tensión de los vientos de la misma.
A medianoche, al salir de la carpa para revisar los vientos, como había salido la luna es espectáculo era grandioso, esta laguna tiene normalmente un color azul intenso producido por los sulfatos de cobre que contiene el agua que baja de la cordillera en esa zona. La luz solar se refleja en su superficie en forma de miles de estrellas doradas y de ahí su nombre. A la luz de la luna las estrellas son de plata. Una vista rara y difícil de encontrar.
Reflexiones técnicas: En la trepada, como soy principiante, lo hacía en primera y segunda de alta, a muy baja velocidad, para cuidar los bajos de la chata, a unas 1.500/2.000 rpm. La chata subía perfectamente y pasaba a tercera con frecuencia. Al poco tiempo veo que la temperatura comienza a subir y se estabiliza alrededor de las tres cuartas partes del indicador. Me empecé a preocupar y a recordar todas las peripecias del foro con relación a este tema. También me di cuenta que si llevaba al motor entre las 2.500 y 3.000 rpm la temperatura se normalizaba inmediatamente, por lo que decidí llevarla en baja, tercera y cuarta, con el motor más alegre y santo remedio. Nunca más volvió a subir. En eso estábamos cuando me quedé sin segunda, es decir, arrancaba en primera y en vez de cambiar a segunda a las 1.500/2.000 rpm lo hacia directamente a tercera a unas 3.000. Si bien era más incómodo manejar así, pudimos igualmente seguir todo el viaje sin mayores inconvenientes, con la precaución de usar más la baja para los lugares donde se debe tener más control de tracción y velocidad.
Así transcurrió el segundo día….
Mañana sigo