Amigos, cuantas veces se habrán preguntado cual es nuestro verdadero don, siempre pensando respecto al trabajo, muchas veces hemos aprendido un oficio porque nuestro padre o pariente alguno nos enseñó, o tal vez por falta de recursos económicos no pudimos encontrar o ser lo que añorábamos en nuestra vida, pero seguramente por circunstancias extremas de la vida o por curiosidad propia descubrimos otro don, un otro yo.
En este club no pude conocer mucha gente hablando en lo personal porque obviamente la distancia es el limitante para compartir un mate, una cerveza, un asado.
Pero pude conocer al Amigo Jorge (Hormiga) que sin haber estudiado o ser técnico alguno, realmente a más de uno nos deslumbró y nos deslumbra de vez en cuando con sus manos artesanales con la soldadura, sin lugar a dudas es un don preciado.
Hace dos años atrás con mi señora fuimos a la Fiesta del Poncho en Catamarca, que además exponen artesanos de todo el país y la artesanía es lo mejor de lo mejor, por lo que en un momento encuentro en un stand un artesano del sur de nuestra Argentina que se especializa en artesanías con astas de ciervo, entonces observo que tenía como una vitrina que exponía cabos para cuchillos que obviamente eran de astas de ciervo toda labrada en forma de espiral y en la punta de la empuñadura era una cabeza de jabalí con la boca abierta, las orejas, etc… era algo espectacular y especial, entonces le pregunto: Cuanto cuesta y me contesta: 2.000 $, a lo que el artesano advierte mi asombro y me pregunta: Te parece caro ¿?? A lo que le respondo: En realidad no porque estas piezas no tienen valor, Son ÚNICAS,
Al instante le pregunto: Hace mucho que hace esto??: Mirá me responde: En mi vida hice de todo, vendía mojarras para vivir, de todo un poco hasta que un día en la patagonia conocí a un hombre, un gran artesano que me enseñó lo que estás viendo.
Pero te voy a contar una moraleja de la vida, algunos dicen que la historia fue verídica:
Dicen que un día un joven analfabeto viaja del sur de la Argentina a Bs. As. porque le habían dicho que conseguiría cualquier trabajo, pero al encontrarse en la gran ciudad y no conocer a nadie, se acerca a un negocio de revistas y compra un diario para poder buscar trabajo en la sección clasificados.
Obviamente se encuentra con un gran problema, no sabe ni leer ni escribir entonces justo pasa un joven y le dice: Por favor amigo, podría leerme en la página donde buscan gente para trabajar??? Como no le responde el joven, con mucho gusto, ojeando el diario encuentra un aviso y le dice: Mire señor, aquí dice que en la calle dorrego al 1.200 hay un edifico que necesita un ascensorista, Ahá, contesta el sureño, muchas gracias ahora mismo voy.
Entonces con los pocos pesos que tenía sube a un taxi y se dirige a la dirección dada, entonces cuando llega al edificio se aproxima al encargado del mismo y le pregunta: Dígame que necesita señor??? Buenos días le contesta, vengo por el aviso, muy bien le responde el encargado, para entrar a trabajar aquí tiene que tener estudio secundario completo, entonces muy triste el joven sureño le dice: No va a poder ser porque no tengo estudio, entonces da media vuelta y se retira. Estando bajoneado de tanto caminar si encontrar un trabajo y con hambre, mete su mano en el bolsillo y apenas tenía unos centavos, pasa por una verdulería y compra una manzana, por lo que se sienta en la vereda y empieza a frotarla en su pulóver sacándole un brillo impresionante, en eso por la acera venía caminando un hombre tomado de la mano con su hijita a la que la misma se detiene en frente del joven y viendo la tentadora manzana le dice a su padre: Papá quiero que me compres esa manzana y el padre se enternece y le dice: Oiga joven, le compro la manzana, entonces el joven le dice: Señor no puedo conseguir ningún trabajo, vine viajando desde el sur y ya no tengo un centavo y es lo único que tengo para comer, entonces el padre de la niña le dice: Mire, si usted quiere yo le compro la manzana por el valor de un cajón de manzana, por lo que el joven agradecido no lo duda y acepta.
Compra el cajón, lo vende y compra dos cajones, los vende y compra cuatro cajones y así sucesivamente hasta convertirse en un gran mercader verdulero.
La historia dice que un día una de sus clientas le pregunta: En verdad lo felicito por el amplísimo stock de frutas y verduras que vende, usted es un mayorista en el rubro, y discúlpeme mi atrevimiento pero le voy a volver a preguntar: Usted tiene secundario terminado??? No le responde el hombre, a lo que la mujer le dice: Mire o imagínese usted lo que hubiera sido si tuviera el secundario completo!!!..... a lo que el hombre le responde (Moraleja): Si yo hubiera tenido mi secundario completo, hubiera sido un ascensorista.
El mensaje nos dice que pocas veces en la vida nos tienen que suceder cosas para que nos haga un clic y llegar a descubrir nuestro otro yo, o tal vez nunca lo sepamos.
Espero no haberlos aburrido el msj es largo para una vida que nos pasa tan rápido y que a su vez hay momentos que todo tiene otro sabor lleno de satisfacciones.
Un Abrazo.-